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El confort forma parte de una de las características más reclamadas a la hora de comprar un sofá, que en función de su relleno o de su estructura se convertirá en una pieza más o menos accesibles a tu descanso.

Escoger el tipo de asiento más adecuado al uso que vayas a darle a lo largo del día es fundamental para que puedas aprovechar al máximo todas sus prestaciones, teniendo en cuenta tanto el material con el que ha sido fabricado como las dimensiones de sus diferentes piezas. Desde el blog de OKSofás te enseñamos cómo comprobar sin levantarte del asiento que estás estirado sobre un sofá cómodo, agradable y muy placentero.

Respaldos con altura y profundidad

Para tener un sofá de envergadura, que garantice con eficacia tu descanso diario, es indispensable que éste cuente con unos respaldos lo suficientemente altos como para recoger toda tu espalda sin perder en ningún caso sus prestaciones de bienestar. Las dimensiones medias de esta pieza del sofá, desde el suelo hasta su parte más elevada, deben alcanzar al menos los 90 cm de alto, permitiendo que tanto las cervicales como las lumbares se adapten de forma cómoda a la estructura de la pieza.

Otra de las características que puedes verificar para conocer de primera mano si tu sofá es apto para el descanso es la profundidad a la que se encuentra el respaldo. Al sentarte no debes estar ni muy  hundido ni demasiado levantado, procurando que la cadera no quede nunca por debajo de las rodillas. La postura ideal para favorecer el descanso del cuerpo es la del ángulo de 90º, que puede conseguirse con una profundidad media de 90 cm desde la parte más externa del cojín hasta el final del respaldo.

Reposabrazos blandos: ¿duermes la siesta en tu sofá?

Si entre los momentos que más esperas a lo largo del día se encuentra el de recostarte sobre tu sofá para echar alguna que otra cabezada, una de las mejores opciones para verificar que estás estirado sobre un sillón apto para tus sueños cortos es la comprobación de la estructura de sus reposabrazos.

Cuanto más blandas o parecidas a la forma de tu almohada sean estas piezas más cómodo y mejor será tu descanso. No obstante, si no eres muy asiduo a dormir la siesta sobre el sofá, también puedes optar por la adquisición de reposabrazos que se ajusten a tu reposo diario, comprobando sobre todo que no estén demasiado elevados o en una posición muy baja con respecto a tu cuerpo.