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Mantenimiento

¿Cómo disimular quemaduras, manchas o enganchones?

Sólo hace falta inspiración y un poco de maña para solucionar estos pequeños «accidentes» y conseguir que nuestro sofá o sillón vuelva a estar nuevo.

Si compramos un sofá con tejido antimanchas, nos ahorraremos unos cuantos disgustos, ya que cuanto algo manche nuestro sofá, simplemente tendremos que pasar un trapo húmedo y quedará limpio otra vez.

Si vuestro sofá no tiene este tipo de tejido, todo dependerá del tamaño de la quemadura, mancha o enganchón. Si es muy grande, podemos sustituir la pieza manchada o hacerle una nueva funda al asiento. Podemos usar el mismo tejido original si tenemos un trozo o bien mandándolo a la tienda dónde lo compramos. En el caso que no consigamos el mismo tejido, podemos usar otra tela distinta que contraste con la original, ya sea de otro color liso o con algún estampado, cómo estos dos ejemplos.

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Si la mancha, enganchón o quemadura es pequeña, podemos simplemente añadir una aplicación de tela. Puedes hacerlo tu mismo y así darle un toque único y personal a tu sofá o sillón. Sólo necesitas entretela e imaginación. Si no quieres que se note, puedes añadir la misma aplicación en otros elementos del salón para que no parezca que es un arreglo, cómo en cojines o en el mantel.

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Esperamos haberos ayudado con los pequeños «accidentes» que sufran vuestros tapices. ¡Ahora ya sabéis cómo estrenar un nuevo sofá o sillón con un poco de maña e imaginación!

El secreto para no tener que cambiar de sofá

Efectivamente hoy en día los fabricantes le han dado una vuelta de tuerca al diseño e innovación y apuestan por cambiar las fundas de nuestros sofás

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Si tu sofá aún está en buen estado y únicamente son las fundas las que hacen que se vea desgastado, con mal color o ha sufrido un accidente doméstico… (arañadas de gato, mordiscos de perro…) ¡Hay solución! Las fundas pueden salvarnos en más de una ocasión.

Pero, también existen multitud de situaciones en las que las fundas son una gran idea para cambiar de estilo nuestro salón. El cambiar la funda de nuestro sofá es un pequeño gesto que puede hacer que nuestro comedor cambie al 100%. También es una gran idea para personas a quiénes les gusta estar al día en las últimas tendencias y quieren que su sofá nunca pase de moda.

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Ahora, en primavera, es una gran época en la que elegir una nueva funda y cambiar el aspecto de nuestro hogar. Seguro que de esta manera no caes nunca en la rutina de tener siempre el mismo comedor o salón sin cambios.

Aquí tenéis algunos modelos a cuyos sofás se les pueden cambiar las fundas sin problema.

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Fundas de sofá, ¿qué revestimiento necesitas?

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Al tapizar cualquier tipo de sofá, una de las mejores opciones para proteger su tejido, evitar que se dañe y aumentar su durabilidad es el uso de fundas.

Además de conseguir cubrir los asientos, los respaldos y los reposabrazos, en la actualidad este tipo de coberturas son ideales para mejorar el aspecto estético de los sofás viejos y anticuados, dando un toque de modernidad a la habitación y adaptándose continuamente a las nuevas tendencias estéticas.

No obstante, en función del tipo de sofá que se tenga, es recomendable escoger una u otra clase de fundas, que variarán tanto en cuestiones de elasticidad como de comodidad. Conoce desde el blog de OKSofás cómo puedes cubrir tu lugar de reposo diario para que éste esté en perfectas condiciones a cualquier hora del día.

Las fundas elásticas, una protección rápida y eficaz

Cubren la totalidad del sofá, aportan una gran durabilidad y quedan perfectamente ajustadas a la estructura del asiento, sobre todo si éste incorpora cojines desmontables. La propia funda está conformada por una piel elástica interna, que permite introducir la pieza del sofá y acoplarse a la perfección a su forma y dimensión.

A diferencia de las fundas elásticas, que aportan una flexibilidad horizontal, las multielásticas también mejoran su adaptabilidad vertical, por lo que resultan muy recomendables para los sofás de piel o con asientos fijos que no son desmontables ni pueden retirar sus piezas. Este tipo de fundas también son ideales para aquellos asientos con reposabrazos muy voluminosos.

Fundas independientes para tu chaise longue

Si tu sofá cuenta con varias piezas pero quieres seguir garantizando su máxima protección la mejor opción para cubrir el chaise longue es el uso de fundas independientes, que revestirán por separado los brazos, la parte central del asiento y el respaldo. Además, en la actualidad existen fundas adaptables a casi cualquier tipo de sofá, como por ejemplo los sistemas dúo, que permiten tapar por separado la estructura y los cojines, o los salvasofás, muy adecuados para los asientos de líneas rectas o irregulares.

Fundas lavables, una para cada estación

En la actualidad, cambiar la decoración de tu salón cada vez que te apetezca es más fácil que nunca. Y es que gracias a sus propiedades, la mayor parte de fundas para sofá pueden lavarse tantas veces como se necesite. De hecho, uno de los objetivos principales de este tipo de telas de cobertura es precisamente el de evitar que el tejido original de tu sofá se manche, por lo que además de garantizar una decoración diferente para cada tipo de estación mantiene intacta la naturalidad del tapizado o de la piel.

Telas naturales para el sofá: ¿lana, algodón, seda o lino?

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El color, el estampado o incluso el tacto son sólo algunos de los factores atractivos por los que la mayoría de la gente se guía a la hora de comprar un sofá. Sin embargo, a veces olvidamos prestar atención a aspectos mucho más importantes para el mantenimiento o la comodidad de su uso, como por ejemplo la elección adecuada de la tela de nuestro sofá.

Cuando se trata de tejidos de origen natural, sus propiedades orgánicas pueden influir de forma directa a la resistencia, la calidez o la frescura de nuestro descanso, por lo que conocer de antemano qué prestaciones podemos obtener de cada clase de tela es fundamental si queremos garantizar una buena conservación o un reposo diario de calidad.

La lana, un aislante térmico de calidad

Este tipo de fibra natural se ha convertido a día de hoy en uno de los materiales más utilizados para favorecer el confort y la calidez del buen sofá, sobre todo porque resulta un material muy absorbente y con gran poder de recuperación. En función del tipo de rizo o incluso de la finura que presente la lana, la apariencia de este material puede variar, por lo que a nivel estético resulta más o menos elástico o agradable al tacto. Puede encoger si se lava a demasiada temperatura y se deforma si la secamos colgada.

El algodón, muy resistente al roce

Si te interesa adquirir un tejido que cubra tu sofá y que al mismo tiempo lo proteja de cualquier tipo de rasgado el algodón es el material que necesitas, ya que además de su flexibilidad proporciona una resistencia a prueba de todo tipo de descanso. Aunque el algodón constituye un tejido natural que no adhiere bien el color y que se arruga con facilidad, entre las principales ventajas de este material se encuentra sin duda alguna su aspecto fresco y descansado.

Lino y seda, dos tejidos elegantes pero delicados

A diferencia de otro tipo de telas, la seda no resulta una textura tan fuerte o resistente al roce y al sudor, por lo que es necesario que su mantenimiento reciba un cuidado más especial. Y lo mismo sucede con el lino, que debe lavarse siempre a mano. A pesar de sus pequeñas desventajas en materia de limpieza, este tipo de tejidos son muy frescos y de tacto agradable, ideales para un ambiente distinguido y repleto de estilo.

¿Los sofás de piel son calurosos?

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A la hora de adquirir un sofá son muchos los aspectos que pueden inclinarnos a optar por uno u otro modelo. Desde su número de plazas hasta su comodidad, existen infinidad de características que nos ayudan a escoger un lugar de reposo que se adapte a la perfección a nuestras necesidades.

Con la llegada del buen tiempo y el aumento de las temperaturas, es más que posible que el calor te haga recular a la hora de comprar un sofá de piel. Pero al margen de las dudas iniciales, ¿es cierto que los sofás de cuero aumentan o rebajan nuestra temperatura térmica al estirarnos?

Piel natural o sintética, una diferencia gradual

El mito del sofá de piel puede resumirse en una idea básica: si el tejido es de origen natural, éste no da calor ni transmite más temperatura que la que hay en el ambiente o en el interior de la vivienda. Lo que ocurre en muchos casos es que, debido a la transpirabilidad y a la porosidad de este tipo de producto, que presenta un funcionamiento igual al de la piel humana, cuando llegamos a casa acalorados por las altas temperaturas de la calle y nos tumbamos sobre el sofá automáticamente aumentamos su sensación de calor. Y lo mismo pasa cuando hace frío, por lo que una de las opciones más recomendables para evitar que se produzca este incómodo efecto térmico es esperar un poco antes de estirarnos sobre la piel para que la temperatura de nuestro propio cuerpo se estabilice.

Si por el contrario la piel de nuestro sofá es sintética, y por lo tanto no transpirable, este tipo de material sí puede llegar a transmitir calor o frío cuando nos tumbamos, apoyamos la espalda en el respaldo o simplemente nos sentamos. En este tipo de sofás lo que sucede es que el propio tejido absorbe y retiene la temperatura de nuestro cuerpo, por lo que resulta más complicado que ésta se equilibre y nos permita disfrutar de un momento de verdadero descanso.

Proteger la piel del sol, un mantenimiento de calidad

Si nuestro sofá de cuero natural está orientado y colocado en una zona de la casa en la que constantemente da el sol, la piel puede deshidratarse y afear su aspecto hasta llegar a deteriorarse. Por este motivo es fundamental que durante el verano la protejamos de una exposición directa a la luz o incluso a las lámparas de más potencia. También es aconsejable recordar que los radiadores o las bombas de calor no pueden estar a menos de medio metro de distancia del sofá.

Portes y mudanzas: embala tu sofá para un transporte seguro

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Los traslados o los cambios de domicilio están a la orden del día. Por este motivo, si tienes pensado realizar una mudanza en los próximos meses, es fundamental que conozcas de qué forma puedes proteger a tu sofá o a tu colchón para que éste no reciba golpes ni se dañe durante el cambio de inmueble.

Además de planificación y organización, para garantizar el éxito de cualquier mudanza es fundamental que se elijan los sistemas de protección más adecuados a la hora de embalar el mobiliario. Las cajas, las envolturas acolchadas o incluso las mantas pueden utilizarse para preparar la mudanza sin riesgo a padecer golpes o rasgaduras que deterioren su aspecto original.

Funda de burbujas, una protección a medida

Cuando se lleva a cabo un traslado, sobre todo si se trata de piezas de la casa muy pesadas o de grandes dimensiones, es posible que durante el transcurso de la mudanza el mobiliario sufra movimientos bruscos o violentos. No contar con el vehículo adecuado para el transporte o ejercer una conducción inadecuada puede empeorar el porte, aunque si se contrata a una empresa con trayectoria dentro del sector y se cubre de forma eficaz la totalidad del mueble es muy difícil que éste sufra daños inesperados.

Entre los elementos que suelen utilizarse para garantizar una mudanza segura destaca sin duda alguna el uso de las fundas de burbuja o plásticos acolchados, que revisten por completo toda la pieza evitando que alguna de sus partes quede al descubierto. Además de resultar muy resistentes a los golpes, amortiguando su efecto dañino, este tipo de forros protectores se adaptan a la perfección a la forma del sofá o del colchón, ya que están especialmente diseñados para éste tipo de mobiliario. Sólo es necesario utilizar un poco de cinta o precinto para fijar la funda o el revestimiento a la estructura, reduciendo así los movimientos de sus diferentes piezas.

Empaqueta los cojines a parte y agiliza el traslado

Si la estructura de tu sofá incluye cojines muy voluminosos, una de las mejores opciones para facilitar la mudanza y reducir el peso del envoltorio es embalar los cojines por separado. De esta forma conseguirás que la pieza pueda pasar por la puerta con mayor facilidad, convirtiendo el traslado en un porte rápido, fácil y muy seguro.

El colchón, un elemento indispensable para mejorar tu descanso

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Levantarse a diario con dolores de espalda, molestias en el cuello o signos extremos de cansancio sólo puede indicar una cosa: tu cama necesita un cambio de colchón inmediato.

Descansar correctamente a lo largo de toda la noche es fundamental para poder rendir al día siguiente en cada una de nuestras actividades, sin acumular horas de falta de sueño o malos humores provocados por la insuficiencia de reposo.

Como bien especifica la Asociación Española de la Cama (ASOCAMA), 10 años después de su compra ningún colchón conserva sus propiedades originales, por lo que debe ser sustituido por otro nuevo si quiere garantizarse el descanso diario. La organización ha revelado en sus estadísticas que, a nivel Europeo, España lidera el ranking de los países en los que más personas duermen sobre colchones viejos. Acostumbran a cambiarse con una media de 12,6 años, provocando que sus usuarios, aunque mantengan el sueño durante las horas recomendadas, no reposen de la misma forma y se levanten con el cuerpo más o menos atrofiado.

Ventilación, el secreto para que el colchón favorezca a nuestro sueño

Mantener el colchón en perfectas condiciones es fundamental para garantizar que nuestro descanso sea el más adecuado posible. Por este motivo, aunque se trata de un elemento cuya calidad puede aumentar su durabilidad, en OKSofás creemos que es indispensable conocer de qué manera puede mejorarse su conservación.

Airear el colchón a diario, durante al menos 5 o 10 minutos y a poder ser con la ventana abierta, constituye uno de los primeros pasos a llevar a cabo para favorecer el descanso nocturno, ya que esta acción, que puede ejecutarse antes de hacer la cama, favorecerá la permanencia del buen estado del producto. Además de ventilarlo, OKSofás recomienda girarlo o voltearlo durante al menos 3 o 4 veces al año, comprobando semanalmente si la superficie del mismo está suelta, si se oyen muchos ruidos al estirarse encima o si aparecen zonas muy rígidas sobre el colchón.

¿Cómo garantizar una buena higiene?

Si bien la limpieza de un objeto tan grande y pesado como el colchón puede resultar en cierta manera complicada, una de las soluciones que evitan la excesiva acumulación de polvo o de suciedad sobre el mismo es la incorporación de una funda que únicamente recubre la parte superior. Para proteger la superficie del colchón y asegurar su transpirabilidad, es esencial que esta capa de seguridad esté fabricada con material 100% algodón, mejorando así su ventilación y favoreciendo el correcto uso de uno de los elementos más importantes para el descanso diario.